Desde la asociación civil compromiso vial emitieron una carta abierta al Estado remarcando preocupación por la creciente cantidad de personas que fallecen a causas de los siniestros viales en nuestro país.
Según los datos recabados por la asociación civil compromiso vial, 3.138 personas murieron en siniestros viales durante el 2020 en Argentina. De las cuales 6 de cada 10 víctimas fatales eran ocupantes de motos, peatones y ciclistas.El 44% eran jóvenes entre 15 y 34 años, el 80% eran hombres.
De los 2.784 siniestros registrados, el 53% fueron choques. El 46 % en zona urbana (30%
calles y 16% en avenidas), el 44% en rutas provinciales y nacionales.
En enero de 2020, 407 personas fallecieron y en diciembre de ese mismo año, la cifra fue de 369. En un año marcado por la pandemia sanitaria ocasionada por el COVID 19, aun en los meses donde la movilidad de la población en todo el país se redujo hasta un 75 % (Fase 1, aislamiento administrado), a partir de la fase 2 comienza una leve pero sostenida tendencia creciente, siendo que para el mes de diciembre la movilidad en todo el territorio está cercana al 80%, las cifras del comienzo y cierre del 2020 se equiparan.
334 personas fallecieron en Santa Fe durante el 2020 en siniestros viales, transformando así a nuestra provincia en la 2da región más fatal de Argentina.
Este es el mapa desgarrador, lacerante, emitido oficialmente por el organismo de máxima
autoridad y que aglutina la información de todo el país.
A este mapa además, sumamos que solo hay 4 fiscalías especializadas en delitos viales
(Mendoza, La Pampa, Salta, Mar del Plata) en Argentina, y que a pesar de los muchos
intentos, no se avanzó en una legislación uniforme para todo el país de alcohol cero para
cualquier tipo de conductor de cualquier tipo de vehículo.
Nos estremecen estos números, datos y análisis que reflejan lo mucho que falta. Cada
persona fallecida, los miles de heridos, las ausencias insustituibles, deben conmover al
Estado, a las instituciones, a la comunidad toda y deponer actitudes que solo generan
violencia, dolor y más dolor.
Entonces una vez más, aparecen muchas preguntas que deberá responder el Estado. Y ver
también, cómo propicia que se instale y se desarrolle una nueva cultura vial, con hábitos que incorporen conductas de cuidado. Por supuesto además, de ver como invierta en
infraestructura segura y como ejecute acciones de control para cuidarnos.