Un nuevo relevamiento de Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa) volvió a encender las alarmas: entre el 1 de enero y el 20 de noviembre, en Argentina hubo 228 femicidios, lo que equivale a un crimen de género cada 34 horas. El informe también mostró que Santa Fe es la segunda provincia del país con más casos, solo por detrás de Buenos Aires.
Según el observatorio “Mujeres, Disidencias, Derechos”, en lo que va del año 178 asesinatos fueron femicidios directos y 20 vinculados, es decir, realizados para generar daño emocional sobre una mujer o persona trans. Además, se contabilizó un lesbicidio, un trans/travesticidio y 19 muertes vinculadas al crimen organizado y el narcotráfico, fenómeno que crece especialmente en provincias atravesadas por economías ilegales como Santa Fe.
La cifra de violencia extrema no termina allí: se registraron 901 intentos de femicidio y 36 casos siguen en investigación, mientras que 157 niños, niñas y adolescentes quedaron huérfanos de madre.
Un problema estructural y cercano: Santa Fe, entre los peores números del país
Con 25 muertes de mujeres y una treintena de casos en investigación, Santa Fe volvió a ubicarse en niveles críticos. El relevamiento contabilizó:
- 15 femicidios (12 directos y 3 vinculados)
- 1 travesticidio
- 8 asesinatos en contextos de crimen organizado
- 60 intentos de femicidio
- 1 femicida que se suicidó tras el hecho
La provincia queda solo por debajo de Buenos Aires (101) y por encima de Córdoba (15), revelando nuevamente el impacto que la violencia estructural y el narcotráfico tienen en el territorio santafesino.
El 70% de los femicidas eran familiares o ex parejas
El informe subraya características repetidas año tras año:
- Edad promedio de las víctimas: 40 años
- Edad promedio de los agresores: 36
- El 70% de los femicidas eran familiares o ex parejas
- El 65% de los crímenes ocurrió en la vivienda de la víctima
- El 15% había denunciado previamente a su agresor
- El 8% de los femicidas pertenecía a fuerzas de seguridad
- El 13% se suicidó después del crimen
Además, el 19% de las víctimas fue asesinada a golpes, el porcentaje más alto de los últimos años, evidencia de un aumento en la crueldad.
También se incrementó el intento de ocultamiento del cuerpo: pasó del 12% al 17% en pocos meses.
Un Estado sin políticas activas
MuMaLa hizo especial hincapié en la falta de políticas públicas vigentes. Señaló que, por primera vez en 40 años, Argentina carece de un ámbito de aplicación de la Ley 26.485 de protección integral contra la violencia de género.
Además, recordó que hace un año el gobierno argentino fue el único en la ONU en votar contra la implementación de acciones globales para abordar las violencias hacia mujeres y niñas.
“Solo el 15% de las víctimas llegó a denunciar. Eso es un efecto directo de la eliminación de políticas públicas contra la violencia machista y del negacionismo de las principales voces del Gobierno”, advirtió la organización.
Preocupación por armas de fuego y medidas oficiales
El observatorio remarcó también su preocupación por el facilitamiento en el acceso a armas de fuego. Hoy, es la segunda modalidad más utilizada en femicidios (26%). Entre las medidas cuestionadas mencionaron:
- Eliminación por decreto de la Agencia de Control de Armas
- Reducción de la edad mínima para acceder a armas
- Suspensión del Plan Nacional de Entrega Voluntaria de Armas
- Un llamado urgente antes del 25NA días del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres (25 de noviembre), las organizaciones feministas exigen una respuesta inmediata y integral del Estado: desde políticas de prevención hasta un fortalecimiento de la Justicia, el acompañamiento comunitario y el acceso real a mecanismos de protección.
En una Argentina donde las cifras crecen y los mecanismos de asistencia se debilitan, los números del informe vuelven a mostrar la crudeza de una violencia que no cesa.


