La multinacional francesa Carrefour anunció su salida de Argentina luego de más de cuatro décadas en el país, sumándose así a una creciente lista de empresas extranjeras que abandonan el mercado argentino durante la presidencia de Javier Milei. La compañía ya contrató al Deutsche Bank para valorar su unidad local y buscar compradores, lo que deja en incertidumbre a unos 17.000 trabajadores.
Aunque la decisión sorprendió por no estar prevista, no se atribuye a una caída coyuntural en el consumo: Carrefour factura cerca de 6.000 millones de dólares anuales en Argentina, lo que representa un 20% de su facturación global. Sin embargo, expertos destacan que la cotización favorable del país en dólares y las flexibilizaciones del control de capitales habrían influido en la decisión.
La empresa justificó su partida como parte de una estrategia global para enfocarse en sus mercados clave: Francia, España y Brasil. Este movimiento se enmarca en una reorganización iniciada el año pasado que implicó el retiro de mercados no estratégicos.
La salida de Carrefour representa un nuevo golpe al plan económico del gobierno, en un contexto de fuerte desinversión extranjera: en los primeros cinco meses del año, Argentina registró una salida neta de inversión directa de casi 1.700 millones de dólares.
Entre los posibles compradores locales de las cerca de 700 sucursales figuran empresarios como Francisco de Narváez (Chango Más), la familia Braun (La Anónima), Rubén Cherñajovsky (Newsan) y Marcos Galperín (Mercado Libre).