Frente a la apertura de la mesa de debate salarial, el Sindicato de Profesionales Universitarios de la Salud (SIPRUS – Fesprosa) exige como base para la negociación un salario mínimo vital y móvil para el/la profesional ingresante de $140.000. Repudió además el ajuste salarial ya plasmado en el presupuesto.
“No vamos a aceptar aumentos salariales por debajo de la proyección inflacionaria, que desde ya no es el 33% como se planteó a nivel provincial. La pérdida del poder adquisitivo del salario demuestra que en estos dos años donde expusimos la vida las y los trabajadores, quienes sufrimos un mayor índice de mortalidad que la población ante el Covid, no vimos ese rol reflejado en nuestros sueldos”, dijeron desde el sindicato.
Y reiteraron la necesidad de inmediata devolución de los días de paro descontados en diciembre a las y los profesionales de la salud como represalia por luchar por salarios dignos y vacaciones. Eso sucedió en un año que cerró con una inflación del 50.9% y tras una sostenida pérdida de poder adquisitivo arrastrada del 2020. Aun así, las primeras declaraciones de funcionarios del gobierno de Perotti volvieron a negarse a implementar una “cláusula gatillo” que, al menos, no generaría una devaluación de los haberes.
“Necesitamos que se convoque de manera urgente a la paritaria. No solo para discutir salarios sino también las condiciones de trabajo. Los pases a planta siguen sin aparecer. Se aprobaron y más de un año y medio después todavía no tienen ni número de expediente. Siguen sin cubrirse muchas vacantes, no se cubren los reemplazos de las licencias ni jubilaciones. Las deficiencias que existían se profundizaron en esta tercera ola. La situación del sistema de salud provincial está en “terapia”. Y los funcionarios del ministerio de salud parecen espectadores de la debacle”, concluyeron desde SIPRUS.