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sábado 12 octubre 2024
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El oficialismo de Central quiere trasladar a las urnas el peso del técnico

La dirigencia auriazul está amasando la idea de adelantar las elecciones para agosto.

Se vienen tiempos de definiciones para la dirigencia de Central. En esa dirección deben situarse la designación del entrenador que se hará cargo del equipo cuando finalice el interinato de José Antonio Chamot y además fijar la fecha para las próximas elecciones. Obviamente que en la macro determinación de los directivos canallas una cosa tiene ligazón con la otra. Porque el técnico que se sentará en el banco luego del Mundial de Rusia llegará con demostradas credenciales en su currículum, será el que planifique la pretemporada invernal y el que elija a las incorporaciones para transitar la previa electoral. En atención a esto y en el marco de una maniobra política, la dirigencia auriazul está amasando la idea de adelantar las elecciones para agosto y no esperar hasta octubre, mes en el que teóricamente se iban a realizar.
¿Por qué las elecciones canallas se realizarían en agosto? Muy simple de contestar. De esa manera el socio de Central llegará al acto plebiscitario con el entrenador y refuerzos recién elegidos y antes de iniciarse el torneo del segundo semestre del año. Toda una ventaja para el oficialismo si se repara en la pretensión de que los directivos ya tienen decidido tirar la casa por la ventana en la elección del flamante técnico y de las incorporaciones que vengan a reforzar a un plantel que pide a gritos una renovación. En cambio, si se realizaran en octubre o diciembre, como se manejó también en algún momento, el clima electoral estará directamente sometido al presente futbolístico del equipo en pleno torneo. Y eso para la directiva es un riesgo. Puede salir de maravillas si Central está encaramado en las primeras posiciones y en otra fase de la Copa Sudamericana, o se dispara el tiro por la culata si el equipo arranca el campeonato con el mismo adormecimiento con el que lo transito ahora.
No obstante, los dirigentes de Central recién en los próximos días empezarán a reacomodar las piezas para ubicarlas en el mapa político y afrontar lo que viene. El principal ideólogo de adelantar las elecciones para agosto es el actual presidente Raúl Broglia. Entonces, no hay que ser un sabelotodo del tema para entender que Broglia tiene en su cabeza ir por la reelección.
Nadie sin apetencias políticas pergeña modificar la fecha de una elección, más allá de que estatutariamente puede hacerlo y además se siente con la capacidad para acomodar a su tropa para esa fecha. Claro que esta jugada presidencial sí o sí dejará heridos en el camino que recorra el oficialismo. Porque si Broglia decide ir por un nuevo mandato, inmediatamente se romperá el gobierno de coalición que se formó hace cuatro años para comandar el club. Es que Ricardo Carloni, actual vicepresidente segundo canalla, seguramente hará rancho aparte, se irá de Foro Canallas Unidos y se postulará como candidato a presidente por la agrupación Soy Canalla, de la que es actual referente.
Todo el mundo sabe, o si no lo sabe ahora se entera, que entre Broglia y Carloni existe cero onda. Ni siquiera se hablan. La convivencia en la mesa directiva es por conveniencia. Por lo tanto, Broglia nunca iría en la misma agrupación que postula a Carloni como presidente y Carloni ya tiene decidido irse del oficialismo si la decisión es que Broglia vaya por otro mandato.
En el medio se ubica Luciano Cefaratti, el vice primero y hombre del Crece como Broglia. Luso, así lo llaman los que integran su círculo más cercano, levanta la voz contemporizadora a la hora de aunar criterios y pensar en las elecciones. Como aún no tiene decidido si atenderá el pedido de sus seguidores que quieren que sea el candidato a presidente de la fórmula oficialista, mientras tanto teje alianzas puertas adentro para que las posiciones irreconciliables entre Broglia y Carloni tengan una tregua y el armado oficialista no sufra filtraciones mediáticas y deserciones. Para que eso no ocurra, la única determinación que aceptarían el actual presidente y el vice segundo es que Cefaratti sea el candidato en las próximas elecciones. Ahí sí los dos se encolumnarían detrás de Luso y en ese caso lo único que quedaría por verse es el reparto de cargos.
Lo concreto es que la dirigencia de Central aún tiene mucho por definir en las próximas semanas. El armado de la lista que afrontará las elecciones, establecer si la fecha será en agosto como quiere Broglia y la elección del nuevo técnico y los refuerzos.

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