Según denunciaron, el establecimiento no está en condiciones para garantizar el cumplimiento de los protocolos sanitarios y por esto, comenzaron a dar clases en el patio. “El estado del establecimiento del barrio Empalme Graneros es calamitoso. No cuenta con las necesidades básicas para el dictado de clases para los 216 alumnos que asisten”, señalaron en un comunicado de ATE.
“No es que no se quiera dar clases, sino que la escuela no está en condiciones. No tenemos luz, no tenemos agua, tampoco hay gas, los desagües estamos en reclamo desde 2018, cuando llueve es impresionante cómo nos inundamos. Cada aula no está en condiciones porque no tiene la ventilación cruzada necesaria, los espacios al aire libre tampoco dan como para que se puedan armar las suficientes burbujas y los baños de los chicos no están en condiciones tampoco, estamos usando dos baños que son para los profesores ”, relata Elsa Abip, portera del establecimiento e integrante de la Comisión Directiva de ATE Rosario.
Actualmente se dictan clases a 18 burbujas de 12 alumnes cada una, más el personal docente y asistentes escolares que acuden a la escuela día a día, lo sin siquiera agua para higienizarse correctamente. La presencialidad se vuelve entonces una bomba de tiempo en algunas zonas populares de Rosario.