Desde el comienzo del gobierno nacional de Javier Milei, quedó en evidencia que los jubilados son una de las variables del brutal ajuste. A una pérdida de poder adquisitivo pronunciada, se le suman los altos costos de vida que día a día complican aún más la situación a uno de los sectores más vulnerables.
El último relevamiento de precios del Centro de Educación, Servicios y Asesoramiento al Consumidor (CESyAC) realizado en Rosario arrojó que una pareja de jubilados necesitó $461.400,54 pesos para vivir en marzo.
Esto representa una inflación del 23,23% con respecto a febrero, según la observación realizada de manera directa sobre 50 productos y 13 servicios a través del equipo técnico compuesto por Ignacio Pandullo, Susana Glen, Liliana Jubilla y Rita Galiardi.
De los $461.400,54 necesarios para vivir, se dividen $210.743,24 para productos de consumo masivo y $250.657,30 para servicios básicos del hogar.
En cuanto a los rubros que registraron una mayor variación, los alimentos se llevan el primer lugar. Las carnes tuvieron una inflación respecto a febrero del 44,13%, seguido por las frutas y verduras (18,61%), las bebidas (14%) y los comestibles envasados (5,44%).
El otro rubro incluido en los productos de consumo masivo es el de los productos de limpieza, que tuvieron una variación del 9,64%.
Por otra parte, entre los servicios básicos para el hogar, el que más aumentó fue el de los servicios para las personas, con una tremenda inflación del 187,29%.
A ello le siguió el rubro de servicios para la vivienda, con una variación del 33,19%, y luego el de alquiler e impuestos, con un 3,53%. El único rubro que no tuvo variación fue el de transporte, que se mantuvo igual.
En este aspecto, también se registra el fuerte aumento en los servicios de agua (68,14%), energía (39,63%), telefonía fija y móvil (25%), cable e internet (25%), TGI (20%) y expensas (20%).
A todos estos gastos, también hay que sumarles aquellos en medicamentos, aspecto que varía de persona en persona pero que a casi todos los jubilados les representa un importante gasto y cuyo precio también se ha disparado en este 2024, además de los conflictos con prepagas y coberturas de obras sociales.