El Concejo de Rosario comenzó a debatir un proyecto que busca implementar un sistema de etiquetado energético para viviendas, similar al que ya se utiliza en electrodomésticos. La iniciativa, presentada por la concejala Alicia Pino, propone que cada inmueble cuente con una certificación que, con base en su diseño y materiales de construcción, determine su nivel de eficiencia energética.
“Mejorar el consumo energético de las viviendas y edificaciones tiene un gran impacto, no solo económico, sino también social y ambiental. Los beneficios de utilizar diseños y materiales energéticamente eficientes incluyen una reducción de hasta el 80% en el consumo de energía para climatización, mejores condiciones de confort térmico, menores costos de mantenimiento y mayor vida útil de los inmuebles, además de contribuir a mitigar el cambio climático”, señaló Pino durante la reunión de la Comisión de Planeamiento y Urbanismo.
Qué dice el proyecto
El proyecto propone incorporar un capítulo al Reglamento de Edificación de Rosario para promover el etiquetado, que tendría una escala de siete niveles y una validez de diez años. Según explicó la edila, una vivienda con etiqueta “A” puede consumir hasta diez veces menos energía que una con etiqueta “G”, lo que se traduce en un ahorro del 40% al 80% en la facturación por climatización.
En un contexto en el que la Empresa Provincial de la Energía (EPE) registró un aumento histórico en la demanda debido a olas de calor prolongadas, la concejala remarcó que “se refuerza la necesidad de medidas de mitigación y eficiencia”.
La iniciativa, que luego pasará a la Comisión de Ecología, prevé también la creación de un registro público de viviendas rosarinas etiquetadas, accesible para operaciones de compra o alquiler. Además, contempla incentivos para nuevas edificaciones eficientes y para inmuebles existentes que, tras una auditoría técnica, realicen mejoras significativas para optimizar su consumo energético.
Etiquetado energético para viviendas
El etiquetado energético para viviendas promueve la eficiencia energética de las edificaciones, revaloriza las viviendas eficientes al darles una ventaja competitiva, otorga previsibilidad en el mercado inmobiliario e impulsa la mejora de la eficiencia de los materiales de construcción.
Como complemento, contribuye a aumentar la demanda de tecnologías de energías renovables, crea empleos verdes y reduce las emisiones asociadas, impulsando así una acción efectiva de mitigación y adaptación por la sustentabilidad.
A nivel provincial, Santa Fe cuenta con la ley N° 13903. Esta establece un procedimiento de Etiquetado de Eficiencia Energética de Inmuebles destinados a vivienda, a fin de clasificarlos según el grado de eficiencia en el consumo de energía primaria. A través de una escala alfabética, se determina la Clase de Eficiencia Energética del inmueble, correspondiendo la Clase A al de mayor eficiencia y la Clase G al de menor eficiencia.
A cada Clase de Eficiencia Energética le corresponde un rango de valores del «Índice de Prestaciones Energéticas» (IPE) de un inmueble, que representa la cantidad estimada de energía primaria que demandaría la normal utilización de dicho inmueble durante un año y por metro cuadrado satisfaciendo las necesidades asociadas únicamente a calefacción invernal, climatización estival, agua caliente sanitaria e iluminación, según niveles de confort establecidos por las mejores prácticas vigentes y estándares internacionales.