El fuego suramericano está en la ciudad. Lo encendió la olímpica rosarina Cecilia Carranza después de ser transportado por toda la ciudad de la mano de atletas, médicos, maestros y estudiantes, siempre con la fiel compañía de Guazú.
La bienvenida a Rosario 2019 la dio una fiesta inaugural que combinó desfile de delegaciones, shows de luces convertido y el reconocimiento a atletas que con mucho esfuerzo llevan consigo la ilusión de cada uno de los 14 países.
La noche comenzó con el paso de los abanderados por el escenario principal, continuó con los discursos de la intendenta, Mónica Fein, y el presidente de la Organización Deportiva Suramericana (ODESUR), Camilo Pérez López Moreira. Además, Aldana Moriconi y Manu Ansaldi interpretaton “Aquí en Rosario”, la canción oficial de Rosario 2019.
No podía faltar el tango. La música clásica del país se hizo presente en la fiesta del deporte, con un ballet que brilló en el emblemático Monumento, allí mismo dónde Manuel Belgrano enarboló por primera vez la Bandera Argentina, a la vera del río Paraná. Allí mismo donde imaginó un país que contenga a los valores del deporte representados en estos Juegos.
Llegó el gran día. Tras una larga espera la Ciudad del Deporte escribió la primera página de los IV Juegos Suramericanos de Playa: la Cuna de la Bandera vivió una jornada que mezcló emoción con destreza deportiva en el día inicial de Rosario 2019.
Como no podía ser de otra manera, el comienzo estuvo a la altura. El estadio azul, a la orilla del río Paraná, fue testigo de la partida del triatlón, disciplina que le entregó a Argentina la primera medalla de los Juegos.
Romina Biagioli se llevó todos los flashes tras realizar una marca de una hora, tres segundos y 49 milésimas de segundos en el sprint femenino. La deportista se vistió de oro tras completar 750 metros de natación, 20.000 de ciclismo y 5.000 de pedestrismo. La cordobesa se subió al podio junto a la colombiana Lina Raga que se llevó la plata y la chilena Macarena Salazar que portó el bronce.
La rama masculina también se colgó las tan esperadas preseas: los argentinos Luciano Taccone y Facundo Medard se llevaron la plata y el bronce respectivamente. El primer puesto, estuvo a cargo del chileno Diego Moya.
El Estadio Verde, por su parte, deliró al compás de las victorias locales en el rugby de playa, no hubo fisuras en sus presentaciones. El combinado masculino derrotó 12 a 1 a Guyana y 5 a 4 a Paraguay. Las chicas, en tanto, le ganaron 6 a 4 a Chile y 6 a 1 a Venezuela.
Además, el Estadio Rojo, con capacidad para 4.500 personas disfrutó con las defensas y remates del voleibol de playa. Allí, las dos parejas que representan al país en cada rama festejaron.
Las duplas femeninas Ana Gallay y Fernanda Pereyra vencieron a la pareja uruguaya de Catalina Simón/Silvana Hernández por 2 sets a 0 y más tarde vencieron a Paraguay por 2-1. Mientras, Virginia Zonta y Brenda Churín superaron 2 a 1 a las paraguayas Michelle Valiente/Giuliana Poletti y 2 a 0 a las orientales.
Hubo también alegrías rosarinas en la disciplina, el nacido en la Cuna de la Bandera, Nicolás Capogrosso y su dupla Julián Azaad le ganaron 2 a 0 a Marcos Tenorio y Dany Leon, de Ecuador y a los peruanos Bruno Seminario y Gabriel Vásquez. Además, Bautista Amieva y Mauro Zelayeta dominaron 2 a 1 a los nacidos en Venezuela Igor Hernández y Jesús Villafañe. En el segundo cotejo cayeron por 2 a 0 frente a Uruguay.
El comienzo de los Juegos, no le falló a las sus grandes expectativas: el amor por el deporte y las victorias locales estuvieron a la orden del día.