El título procede de una canción de Johnny Cash y ya promete ser uno de los títulos más sonados. Hablamos de La bestia en mí, la nueva miniserie de Netflix –desde el 13 de noviembre en la plataforma– que en ocho episodios transita con destreza esa frontera siempre fascinante entre el thriller psicológico y el drama existencial.
Creada por Gabe Rotter y producida por Jodie Foster junto a Conan O’Brien, esta producción, protagonizada por Claire Danes y Matthew Rhys, es un viaje a los entresijos del alma humana, un viaje al dolor y la venganza y a la fascinación por el mal. En definitiva, a esa ferocidad inherente al ser humano.
La trama parte de una premisa aparentemente sencilla. Aggie Wiggs (Claire Danes), es una escritora de éxito que vive atrapada por el recuerdo de su hijo, fallecido en un accidente de tráfico provocado por un conductor ebrio. El responsable ha sido absuelto y Aggie ha perdido toda fe en la justicia y en la vida. Se ha retirado a una casa aislada en Nueva Jersey, inmersa en su rutina de alcohol y melancolía, de soledad e ira reprimida. Su carrera se ha estancado, su inspiración ha desaparecido y parece vivir suspendida en el tiempo, como si la vida se hubiera convertido en una larga espera sin objetivo alguno. La llegada de un nuevo vecino, Nile Jarvis, lo cambia todo.



