El jugador, ya había cumplido la sanción de seis meses que recibió por parte de la FIFA al dar positivo por un “metabolito de la cocaína: benzoilecgonina” en un control llevado a cabo tras el partido contra Argentina por las eliminatorias sudamericanas el 5 de octubre de 2017.
Sin embargo, el 14 de mayo, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS, en francés) aumentó la suspensión a 14 meses, lo que dejó al jugador fuera de la Copa del Mundo.
Ahora la Justicia suiza le devuelve esa oportunidad al considerar que Guerrero “no actuó intencionadamente”, así como “los perjuicios de todo tipo que el recurrente, que ya tiene 34 años, sufriría si se le impide participar en una competencia que será la coronación de su carrera como futbolista”, de acuerdo con un comunicado publicado por el tribunal.