Este pasado miércoles, los despedidos del Hospital Posadas instalaron una mesa en el hall central del hospital, donde sirvieron un desayuno solidario a los pacientes como parte de las actividades de protesta por la crisis en salud y la exigencia de reincorporación de los cesanteados. En ese momento, y por segunda vez en una semana, la Policía Federal, por orden del director del hospital y el ministro de Salud de la Nación, Mario Russo, exigió el levantamiento de la mesa y pretendió tomar los nombres de cada uno de los despedidos, debido a una supuesta denuncia del hospital a la jueza federal de San Martín.
Mirtha Jaime, presidenta de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud del Hospital Posadas (Cicop-Seccional Posadas), se apersonó en la mesa y sostuvo que, en modo alguno, se trataba de una actividad comercial o de distribución ilegal de alimentos, como adujeron las fuerzas policiales, sino de una acción gremial solidaria con los despedidos. A pesar de la presión policial, la mesa se mantuvo hasta horas del mediodía, cuando los despedidos decidieron dar por terminada la actividad.
‘‘Este ataque se inscribe en la política represiva del gobierno de Milei y los protocolos de seguridad de la ministra Bullrich, y no por casualidad se aplican de manera directa en uno de los pocos hospitales que dependen directamente del gobierno nacional, como es el Hospital Posadas’’, señala el comunicado de Fesprosa y agrega:‘‘ La Federación Sindical de Profesionales de la Salud (Fesprosa) se solidariza con Cicop, con la Asociación de Profesionales y con todos los despedidos, y exigirá a través de una nota a la ministra de Seguridad y al ministro de Salud que cesen las presiones y persecuciones a la actividad gremial en dicho hospital’’.